Caminando

Nada para ver,
Nada para hacer.
Siguiendo una estela invisible
de un mundo por conocer.

Conozco lo sabido,
lo aprendido.
Lo que me contaron en tantas charlas.
Las efímeras y baratas,
las profundas y largas,
Las que se cierran al amanecer.

Se agrandan las pupilas,
se cierra en un nudo el esternón.
Pulsaciones se aceleran,
mientras descubro a lo lejos el horizonte,
tras la bruma que no deja ver.

De repente… las incógnitas.
Cuántas razones cobijamos?
Cuánto orgullo
con la frazada hasta la nariz?
En quiénes nosotros confiamos?
Cuántas preguntas mezclamos cuál cóctel
en nuestro cerebro al ir a dormir?

La respuesta como llegada.
La duda como el viaje hacia una utopía.
Será que todo tiene respuesta?
O qué simplemente nos preguntarnos
para no dejarnos morir?

Transitando.
De un estado inicial hacia otro,
Viajando en la estela invisible,
que si tendría un nombre
se llamaría Cambio.

Caminando,
y pateando piedras también.
Porque el camino no se romantiza,
porque si corro y no camino,
las rodillas se hacen trizas.

Guardados en mi bitácora
cada tropiezo,
cada desilusión.
Divisando en mi sonrisa
esa estela invisible
que la llamaré Pasión.