Ausencias

La muerte es esa cosa fea que a todos nos llega.
Nadie la espera, nadie te prepara.
Unos creen en la vida eterna,
otros en la reencarnación.
Hay quienes aseguran pasamos a otro plano, pero la muerte física en sí llega.
Y cuando no te toca pero le llega a esa persona que amás ese dolor de multiplica.
Los momentos vividos, los que te hubiera gustado compartir.
Seguramente se asienta y toma forma en una fecha especial.
En un cumpleaños, en una fecha personal,
y hasta en una fecha comercial.
El vacío es algo que no podemos describir,
pero se hace sentir en la fibra más íntima del corazón.
Y acá estamos. Mirando la luna, una estrella en particular, el movimiento del agua en un río.
Una foto, un objeto preciado, hasta una comida que disfrutabas con ese ser.
Entonces uno mira al cielo, busca una respuesta, un consuelo.
El silencio se torna en compañía.
Una lágrima que cae sin permiso,
una mandíbula apretada, las manos que transpiran.
Símbolos, recuerdos, sensaciones encontradas, dolor.
Somos parte de este gran ecosistema que es la vida misma.
Y éste día no es un día más.
El mismo sol que achina mis ojos no llega a alumbrar la pena de mí corazón.
Soy fuerte, mas me siento vulnerable.
Un día más en este mundo.
Un día más en el que su figura, su presencia, sigue firme, nítida.
Un día más en el que vuelvo a recordar que nadie ni nada me hacía presagiar esta ausencia.
Levanto mis ojos en señal de respeto, de agradecimiento.
Buscando eso que hoy sólo lo encuentro en mí corazón.
Te extraño, te lloro, y te vuelvo a besar.
Felíz Día Mamá .

UN LUNES CUALQUIERA

Un planeta lejano repercute, y hace estragos, en el lenguaje universal de este siglo: las redes sociales.
Pasan las horas y la sensación también es «retro».
Mensajes de texto, e-mails, llamadas sin previo aviso.
Respiro un aire descomprimido, una adolescencia añejada.
Cebo un mate, miro a los alrededores,
juegos de la plaza, y niñes felices corriendo.
Es lunes, sí.
Una siesta repara y maquilla esos efectos colaterales del primer día de la semana.
Visto relajado, en joggings y zapatillas.
Los mosquitos ya supieron de la primavera y se encargan de lo suyo.
Juani haciendo amigas a pura espontaneidad y simpatía.
Un papá bien vestido me da la pauta que recién sale de su trabajo.
Se va el sol, y con él unos sanguchitos de crudo.
Es un lunes cualquiera, en el como algo rico, huelo esa primavera, toco un mate caliente, veo las primeras estrella y la luna.
Cierro los ojos, los abro… Respiro.